QUIENES SOMOS
¿CUAL ES EL PROPÓSITO?
Hemos venido a entender que Dios no nos dejó en este planeta para mejorar nuestro entendimiento de Dios, reunir a gente en grupos, crear más servicios de adoración efectiva, etc. Esos son simplemente medios que Dios usa hacia un final mucho más grandioso.
Dios dejó Su preciosa iglesia en este mundo para que a través del vehículo del poder del evangelio, los seguidores de Cristo puedan ser transformados con el propósito de acercarse y adorar a aquel quien es mucho más importante que todo: Dios (Mateo 22:36;
28:18-20; Hebreos. 10:19).
De esa cercanía hacia Dios y el amor por la voluntad de Dios vendrá un grupo de gente que ha desarrollado un corazón por las cosas que Dios ama. El corazón de Dios está fijo en perseguir Su gloria, dando autoridad a Su pueblo, y alcanzar a los afligidos de corazón y a los perdidos en este mundo. Como un pueblo de Dios, la iglesia debe existir para reflejar el amor de Dios en alcanzar al mundo herido de nuestro alrededor, llamarlos a que vengan a ser seguidores de Jesucristo (1 Pedro 2:4). El día que tú decidiste seguir a Jesucristo--ya sea que lo entendieras completamente o no--te comprometiste con Su misión. Para decirlo de otra manera, tú viniste a ser un misionero. Dios te ha salvado para hacer de tí un misionero para tus vecinos, a quienes has sido llamado que los ames como a tí mismo (Mateo. 22:39)